lunes, 28 de marzo de 2011

Tu corazón, una naranja helada
con un dentro de dulce miera
y una porosa vista de oro: un fuera
venturas prometiendo a la mirada.

Mi corazón, una febril granada
de agrupada rubor y abierta cera,
que sus tiernos collares te ofreciera
con una obstinación enamorada.

¡Ay, qué acometimiento de quebranto
ir a tu corazón y hallar un hielo
de irreductible y pavarosa nieve!

Por los alrededores de mi llanto
un pañuelo sediento va devuelto
con la esperanza de que en él lo abreve.

POEMA DE: MIGUEL HERNÁNDEZ


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